Después de una buena rumba, la noche anterior en el barco; me desperté y salí volando de la habitación, para ver donde estábamos…. pues Siiii 🙂 ya estábamos en Mykonos, una de las islas Griegas del archipiélago cicládico, en el mar Egeo.

Mykonos era una parada, que estaba esperando; ya no veía la hora de llegar, le había dicho a Bilcito que quería rentar una moto o scooter; para así recorrer la isla, como lo había visto en la televisión y en las películas.

Como había mucho viento y el mar no estaba muy calmado; el barco no atraco en el puerto. Tuvimos que tomar unas lanchas, para que nos trasladaran desde el barco hasta tierra firme.

Lo primero que hicimos, al llegar a la isla fue: recorrer un poco los alrededores y buscar donde rentar, la moto o motocicleta que tanto quería.

Mykonos es una isla, con muchas colinas; así que desplazarse, de un punto a otro, no es tan facil hacerlo a pie; en especial, si el lugar a donde quiere ir esta lejos y bien retirado.

Después de rentar la moto, empezamos a recorrer parte de la isla; nos paramos en varios puntos para disfrutar del paisaje.

[su_pullquote]En la primera playa que fuimos, no me metí al agua porque había mucho viento y era más para el disfrutes de deportes acuáticos como el parapente…[/su_pullquote]

                                                                                                                                              Nos comentaron de una playa «Super Paradise», al otro lado de la isla, la cual se llegaba subiendo hasta la cima de la montaña y luego hay bajar hasta el otro lado de la costa. Si les gusta bailar, beber y la música este es el lugar 😉 .

Durante el recorrido por las subidas y bajadas; llego un momento que me preocupé al ver donde quedaba la playa y le dije a Bilcito: «Ay caramba creo que la subida le va a tocar a uno de los dos a pie» jejejejejej

Esta playa que fuimos estuvo espectacular, se nota que era una playa bien concurrida y popular entre los vacacionistas.

Luego de disfrutar de la playa buscamos un sito para almorzar; así que estacionamos la moto y caminamos para ver donde nos sentábamos. Almorzamos en el restaurante D’Angelo cerca de los famosos molinos de vientos.

El restaurante abre temprano en la mañana, para los que buscan tomarse un café o desayunar; permanece luego abierto para el almuerzo y cena. Me comentaron, que duran abierto hasta pasada la media noche.

Después de un rico almuerzo; caminamos un rato por el lugar donde nos encontrábamos, para así admirar el paisaje. La verdad que esta isla es mágica, tiene un encanto indescriptible y los colores de las casas con el azul del agua, la hacen lucir espectacular.

Al final de la tarde ya estábamos tan cansado, que decidimos regresar al barco. Entregamos la moto y caminamos hasta el puerto nuevo de Mykonos, a donde el barco se había trasladado. Habia servicio de transporte, por parte de la linea de cruceros, pero nosotros decidimos caminar.

La isla me pareció espectacular, demasiado hermosa con unos colores increíbles; le comente a Bill, que voy a planear venir otra vez y pasarnos unos días para disfrutarla mas.

Si viene en un crucero como nosotros; me di cuenta, que muchos de los pasajeros, decidieron desembarcar en Mykonos. Nuestra última parada en este crucero fue Atenas y por lo visto; el que se quería desembarcar acá, lo podía hacer con previa antelación.

Acá les dejo un video de mi recorrido por la isla. Me disculpan la calidad pero allí ando practicando jejeje 🙂

Los invito a seguirme por la redes social, para que disfruten de mis aventuras y viajes alrededor del mundo (de a poco a poco ya he recorrido bastante 🙂 )